Esta acuarelada de la higuera es de la pintora Ivonne Ayoub.
En la civilización prehindú ( III milenio a.C. ) la higuera representa el árbol cósmico junto al cual posan las diosas desnudas, Es el eje axial que une el cielo y la tierra.
Los egipcios representaban al hombre curado de su incontinencia sexual, por un toro atado a una higuera, ya que se relacionaba a Apis con la higuera.
En el folkore judio la higuera ( imagen de Israel) es un árbol de paz, prosperidad y seguridad colectiva. Israel es torcido y rebelde ( la higuera tiene un tronco torcido y corteza brillante ) pero será a través del Mesias que se vuelve brillante. Sus ramas se extienden en todas direcciones y tienen hojas quíntuples : Israel se convertirá en salvación para todas las naciones y las hojas quíntuples ( el cinco en la Bíblia es el número de la gracia ) ” venda quíntuple de higos en el cuerpo de Ezequías.
En Sudamérica existe la superstición de que tener una higuera en casa atrae a los duendes los cuales intentan llevar al infierno a los niños no bautizados.
Cerca de la isla de Lanzarote hay el Islote de Hilario ( famoso por sus geysers artificiales) que se quedó aislado del resto de la isla por un mar de lava. Cuentan que un pastor , llamado Hilario , subia al monte, durante 50 años, acompañado de su camella. Un día plantó en su cima una higuera; aunque agarró, jamás dio fruto porque la higuera no puede aguantar el fuego, y la cima era tierra volcánica. En recuerdo de esta leyenda se puede ver el tronco de una higuera y el esqueleto de un camello, como monumento a la tenacidad, constancia y esfuerzo humano.
Una higuera sin fruto es como un templo sin sagrario ni altar. ” La pobre parece tan triste / con sus gajos torcidos que nunca/ de apretados capullos se visten ” ( Juana de Ibarbaurou ).
Fábula del Castaño y la Higuera ( Leonardo da Vinci ) : ” Viendo el castaño a un hombre que, trepad0 sobre una higuera, doblaba sus ramas hacia sí y de ellas arrancaba los maduros frutos que iba metiendo en la abierta boca para luego romperlos y dilacerarlos con los dientes, empezó a sacudir sus largas ramas y a decir : ” ¡ Oh, higuera, cuánto menos que yo debes tú a la naturaleza ! “. Observa como dispuso ella, para mejor guardar a mis dulces hijos, vestirlos primero de una delgada camisa y envolverlos luego en una piel espesa y resistente; y todavía , no satisfecha de tanto favorecerme, les construyó una sólida habitación defendida por espinas abundantes y agudas, a fin de que las manos del hombre no puedan dañarla. La higuera entonces echose a reir junto a sus hijos, y cuando hubo concluido de reirse, le contestó así : ” Tu ignoras que el hombre se ingenias , con pértigas, piedras y sarmientos, para hacerte bajar las ramas y privarlas de sus frutos, los cuales, caidos al suelo y golpeados con los pies o con piedras, salen estropeados y maltratados fuera de tu fortificada casa. A mí entretanto, los hombres me tratan con manos cuidadosas y no – como a tí – con palos y guijarros “.
Bellísima fábula de la que se pueden sacar múltiples consejos. La soberbia derrumba , la humildad enaltece; dime de lo que presumes y te diré de lo que careces…..
Quizás sea Miguel Hernández Gilabert el poeta que más veces menciona la higuera en sus versos. En su casa de Orihuela ( Alicante ) tenía una hermosa higuera y desde pequeño se familiarizó e incluso muchas veces suplanta su ” ego ” ( ser ) por la higuera. En la elegía a su amigo Ramon Sijé dice : ” Volverás a mi huerto y a mi higuera/ por los altos andamios de las flores/ pajeará tu alma colmenera “.
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En ” Árbol desnudo ” : ” ¡ Oh Meca de lujurias y avisperos/ quid de las hinchazones,/ ¡Oh desembocadura ! de los eros; / higuera de pasiones, / crótalos pares y pecados nones “. La imagen de la higuera es personificado con el árbol desnudo, desprovisto de follaje con la llegada del otoño. Además presenta la higuera como meca de lujurias y avisperos por su sabor dulce y placentero al paladar.
Luego dice : ” Los árboles verdales de la higuera/ no alteran con sus iras./ No se menea nada ante nosotros,/ dos árboles descalzos…” . Las iras son los frutos , maduro del verano ( los higos) , mientras que el estar descalzo implica la llergada del otoño, arrastrando con la caída de las hojas, los sentimientos de tristeza, nostalgia y apatía.
Y finalmente en Diario de junio dice : ” Bajo la higuera , donde la lujuria / tiene sus potestades, / cotejo, sin andar yendo en tu basca,/ higos con genitales “. Estos versos son una clara alusión sexual y erótica de la higuera. Ésta es testigo de encuentros amorosos, durante el calor estival. El poeta va a buscar higos que son claramente el sexo femenino.